Esta tarta es originalmente de la cocina griega: una gastronomía sana, llena de sabores y aromas.
Los griegos son los que establecieron las bases de la gastronomía tal y como es ahora y se crea la figura del cocinero.
Es comida mediterránea, saludable y sencilla.
Ingredientes:
- 12 láminas de pasta filo
- 200 gr de queso feta
- 400 gr de espinaca fresca
- 1 cebolla
- 2 huevos L
- 1/2 vaso de leche
- mantequilla
- aceite de oliva y sal
Elaboración:
- Lo primero que hacemos sera precalentar el horno a 180 ºC.
- Picamos finamente la cebolla y la rehogamos unos 10 minutos, hasta que quede transparente.
- Añadimos a continuación las espinacas y rehogamos con la cebolla unos 5 minutos más a fuego medio. Una vez estén hechas, subimos el fuego para evaporar todo el agua que hayan soltado las espinacas, sin dejar de remover para que no se queme, y una vez listo las apartamos a un lado.
- En un bol echamos los huevos, la leche y las espinacas con la cebolla.
- Desmenuzamos el queso feta por encima y mezclamos para incorporarlo, pero sin menearlo demasiado.
- Ahora preparamos un molde de horno engrasándolo con aceite.
- Extendemos unas ocho láminas de pasta filo sobre el molde, pintando cada una con un poco de aceite.
- Este paso tiene que hacerse rápidamente ya que esta pasta al aire se seca muy rápido.
- Incorporamos la mezcla de espinacas sobre la pasta y luego lo cubrimos con el resto de pasta filo que nos sobraba (yo voy troceando la pasta filo y tapando la superficie con los trocitos hasta que queda todo cubierto).
- Horneamos entre 50 min y 1 h, hasta que esté dorado y crujiente.
- Servir templado o a temperatura ambiente. A mí me gusta templadito. ;)
¡Es una tarta que no necesita muchos ingredientes para estar buenisima!
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